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...MAÑANA TAL VEZ TENGAMOS QUE SENTARNOS FRENTE A NUESTROS HIJOS Y DECIRLES QUE FUIMOS DERROTADOS. PERO NO PODREMOS MIRARLOS A LOS OJOS Y DECIRLES QUE VIVEN ASI PORQUE NO NOS ANIMAMOS A PELEAR....(M.GANDHI)
Hoy, como 6 años atrás, es jueves 30 de diciembre.
Ese 30 de diciembre del 2004, millones de familias se preparaban para compartir juntos un festejo y brindar con la esperanza de un año mejor. Miles de jóvenes, en búsqueda de su identidad y su lugar en el mundo, disfrutaban con amigos de la música, la participación en el arte, el compartir un encuentro generacional propio de la experiencia juvenil. Pero hace 6 años, en un día como hoy, miles de estos jóvenes se encontraron con una trampa mortal orquestada por la connivencia corrupta entre el Estado y empresarios, que les dejó lista una cámara de gas allí donde debía haber un boliche. 194 chicos perdieron la vida y nosotros, sus familiares, los perdimos para siempre. Miles sobrevivieron y aún cargan la pesada mochila que lo peor del mundo adulto puso sobre sus espaldas. Esa noche en la que las ambulancias no llegaban o lo hacían sin los implementos elementales, en que el Jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, estuvo escondido destruyendo pruebas que lo incriminaban y los Kirchner jugaban al avestruz en Santa Cruz, como si Cromañón estuviese ocurriendo en otro país, el caos reinaba en la noche oscura del barrio de Once. Caos para atender a las víctimas, pero prolija organización de empresarios y gobierno para ocultar pruebas, producir operativos mediáticos y comenzar desde el vamos a ensuciar a las victimas.
Esa noche el rescate estuvo en manos de los propios chicos que asistieron al recital, intentando destruir los candados de las salidas de emergencia, llevando en andas a los amigos, dejando la propia vida por rescatar a los demás.
Esa misma noche, el Jefe de Gobierno, su ministro de salud Stern y otros personajes pusieron en marcha la maquinaria de la mentira que intentó siempre consolidar la impunidad, con la complicidad del gobierno nacional. Esa maquinaria, sin embargo, no logró impedir la posterior destitución de Ibarra. El juicio político demostró su responsabilidad con pruebas categóricas y la amplia movilización de familiares, sobrevivientes y amigos, garantizó su culminación. Su gestión a cargo del Gobierno de la Ciudad, potenció al máximo los niveles de riesgo, generando las condiciones necesarias para que la masacre tuviera lugar. Como el cuidado de las vidas humanas no figuraba en su agenda política, fue y sigue siendo responsable directo, político y penal, de la masacre. Desarticuló un sistema de verificación invocando un focazo de corrupción, pasando a disponibilidad a 300 inspectores y reemplazándolos por una cifra diez veces menor; estableciendo que las inspecciones sólo debían hacerse por denuncias, dejando en manos de ciudadanos individuales lo que tiene que ser deber del estado; puso al frente de organismos centrales para el cuidado de la vida, a personas cercanas y parientes sin capacitación; desoyó alertas sistemáticos realizados por la Defensoría, la Auditoria del gobierno de la ciudad, la Asociación de abogados y otros organismos; en la emergencia, solamente se dedicó a encubrir el desastre realizado y no a impedir más muertes como las que de hecho ocurrieron.
Ibarra, personaje nefasto, amigo personal de Chabán, el gerenciador corrupto del boliche Cromañón, logró sin embargo eludir el Juicio Penal a partir de la acción encubridora del Poder Judicial y el aval político del gobierno nacional. Ahora, ocupando un escaño manchado de dolor en la legislatura, habla de volver a presentarse a elecciones para un cargo del cual fue destituido. Sus afiches invitan a “recuperar la ciudad”; ¿recuperar la corrupción, los modos de hacer “caja política” a costa del desamparo de los jóvenes? Lo que no podrá ni él ni nadie, es recuperar la vida de nuestros jóvenes muertos en y por su gestión. Aún hoy, Chabán y todos los imputados en el Juicio Penal, gozan de libertad al no tener sentencia firme. ¡A seis años, ni un detenido!
A menos de una semana de producida la masacre, los familiares y sobrevivientes ocupamos las calles, para denunciar los crímenes, acompañar a otras víctimas y recordar a nuestros chicos. El Movimiento Cromañón se construyó desde el dolor y pudo encontrar muchos amigos y amigas con quienes luchar. A ellos continuamos convocando a generar un amplio movimiento anti-impunidad.
Ocupamos estas calles impulsando un Juicio Penal que si bien tuvo una injusta sentencia, puso de relieve en cada una de sus sesiones, la alta responsabilidad combinada de todos los imputados: Chabán, su socio Villarreal, los funcionarios del gobierno y los músicos-empresarios.
Impulsamos y acompañamos otras causas penales y administrativas: a Stern y sus colaboradores, por la nefasta actuación en la emergencia, la asociación ilícita de Ibarra y sus funcionarios, a la Morgue por el maltrato y el caótico manejo de la situación, las causas contra policías y bomberos que en algunos casos han logrado fallos condenatorios de aplicación efectiva, pero que sobre todo fueron desnudando con pruebas contundentes, las responsabilidades del poder político. Si el Juicio Penal hubiera sido realmente público y si los grandes medios de comunicación hubieran difundido el día a día de sus audiencias, la población habría tenido claro aquello que para nosotros es evidente. Se evidenció en las audiencias que en Cromañón la masacre fue producida por responsabilidades encadenadas. Los funcionarios del Estado, desde el Jefe de Gobierno hasta los inspectores, crearon las condiciones, los empresarios como Levy, Chabán y los músicos hicieron el negocio que acostumbran, la Policía cobró su coima y la cadena se cerró. Trucharon habilitaciones; metieron varios miles de personas en exceso, cerraron las puertas con candado y se fugaron a la hora del espanto. Todos ganaron, menos nuestros pibes y nosotros, que perdimos para siempre.
A pesar de la sentencia vergonzosa, seguimos luchando, por los que no están, por los que están y por los que vendrán... mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque no nos animamos a pelear....
Por mantenernos movilizados y no callar denunciando la corrupción estatal-empresarial, se desplegaron las corporaciones políticas y mediáticas para acusarnos de violentos, desestabilizadores, hasta golpistas. Decían que hacíamos el juego político a uno u otro grupo. La realidad mostró la única verdad: así como señalábamos a Ibarra como máximo responsable de Cromañón, el gobierno de Macri sigue sosteniendo las mismas estructuras corruptas y es responsable por el derrumbe en el pub Beara. La lógica Cromañón sigue imperando en nuestro país.
No se puede construir una democracia con impunidad. Ya pasaron 6 años y no hay condenas firmes. Exigimos que Casación se expida revocando las absoluciones de los músicos empresarios de Callejeros y de Gustavo Torres y que aplique una condena seria a Raúl Villarreal y las funcionarias ibarristas Ana Marìa Fernández y Fabiana Fiszbin. No vamos a tolerar que los ex Callejeros sigan usando a las víctimas de Cromañón para lucro personal.
Exigimos que en 2011 se juzgue y condene a Juan Carlos López, secretario de Seguridad de Ibarra y a Rafael Levy, el empresario corrupto dueño de Cromañón. No podemos seguir esperando, se nos van las vidas de familiares y sobrevivientes en esta lucha.
Nuestro país no tiene que olvidar. Olvidar Cromañón no es sólo dejar a un lado a las víctimas y sus familias, olvidar Cromañón es ignorar la masacre de Kheyvis, es negar los hechos de la calle Viale, es convivir con la impunidad.
Los derechos humanos no son una estrategia de marketing político, sino que se ejercen y defienden cada día de nuestras vidas, como hizo nuestra gran amiga Adriana Calvo hasta su último aliento y lo siguen haciendo miles de militantes de la vida, ayer, hoy y mañana.
En el post Cromañón, los jóvenes siguen siendo víctimas: estigmatizados, perseguidos, encarcelados, asesinados como Luciano Arruga y Rubén Carballo, siempre sospechosos para el poder. Como Diego Bonefoi y Guillermo Traffiñanco muertos por la Policía de Río Negro, el Chami Fernández, adolescente quemado en una comisaría de General Pico y Mariano Ferreyra, en manos de la patota sindical. Todos jóvenes, todos portadores de sueños.
Rechazamos firmemente que Cromañón sea utilizado para atacar a los jóvenes, para cerrar lugares de música y diversión, para aumentar los precios de las entradas aumentando el negocio para unos pocos. Hoy 30 de diciembre, saludamos y abrazamos a todas las victimas de impunidad, en dictadura o en democracia. Estamos con ustedes, somos parte de ustedes. Y también de quienes no son afectados directos, pero están siempre, porque entienden el sentido de la lucha.
Y por último, queremos hacer nuestro más sentido homenaje para nuestros chicos muertos en Cromañón. El negro humo tóxico del 30 de diciembre jamás opacará nuestro recuerdo, jamás podrá interponerse entre nosotros y ustedes; sólo con Memoria se puede construir una sociedad mejor. Los llevamos con nosotros, en cada beso y en cada abrazo se esconderá siempre un pedazo de nuestro amor. Y haremos lo que esté a nuestro alcance para que todo esto no sea en vano, para honrar la vida, para que Nunca Más se repita Cromañón.
A 6 años de Cromañón, decimos, exigimos, gritamos:
- BASTA DE REPRESION Y MUERTE JOVEN. NO AL DISCURSO DE MANO DURA.
- BASTA DE IMPUNIDAD DE AYER Y DE HOY
- ESCLARECIMIENTO Y JUSTICIA EN EL ASESINATO DE MARIANO FERREYRA Y LA DESAPARICIÓN DE JORGE JULIO LÓPEZ
- QUE CASACION REVOQUE LAS ABSOLUCIONES A CALLEJEROS, AL FUNCIONARIO TORRES Y AL COMISARIO BELAY;
- QUE CASACION IMPONGA CONDENAS VERDADERAS A LOS FUNCIONARIOS PUBLICOS Y A VILLARREAL;
- JUICIO YA Y CASTIGO EJEMPLAR PARA JUAN CARLOS LOPEZ, segundo de Ibarra, y RAFAEL LEVY, dueño del bolicheLos pibes de Cromañón PRESENTES!! Ahora y SIEMPRE!!!!